Durante cinco días incursionamos en el Río Turbio de Barquisimeto, su valle y sus riberas, para experimentar un trabajo de campo que culmina con la construcción de intervenciones en el paisaje. Éramos 70 estudiantes y 30 profesores, invitados y colaboradores, en una Escuela de Verano organizada por Dislocal junto a la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela y su Unidad Docente Extramuros en la ciudad de Barquisimeto.
En el proceso realizamos actividades para recorrerlo, conocerlo desde adentro, observar su territorio, su naturaleza, sus materiales, estudiar su historia. Recabamos pruebas del sitio, tomamos fotografías y video, dialogamos, entrevistamos, creamos cartografías, gráficos, dibujos intuitivos, registramos cada paso. Buscamos el ‘’genius loci’’, la condición, la esencia y la lógica del lugar. En la metodología del taller, cruzamos criterios de la arquitectura con otras disciplinas. Historia, geología, hidrología, pero también botánica y agricultura, cine y literatura. Creemos en la transversalidad de saberes.
Buscamos en la obra construida un punto de partida para producir nuestra teoría sobre el río. Desarrollamos una arquitectura frugal, ligera, experimental. Una lectura nueva, un puente entre el pasado, el presente y las ideas que nos llevarán a resarcir el vínculo roto con aquello que nos unía. Ese criterio sabio en el que el ser humano y la naturaleza forman parte del mismo medio. Ejercicios para despertar la sensibilidad del habitante de la ciudad en su relación con el valle, que al encontrarse con el paisaje, pueda intervenir en él y habitarlo.
‘’El Turbio es un río de cenizas, un río grisáceo. Sus pieles son polvorientas y granulosas. En sus paredes pueden verse capas sobre capas de sedimentos minerales. Arcilla y cuarzo. Calcita y feldespatos. Costras del pleistoceno. Por dentro es un cañón árido. Una cárcava tallada, donde el agua visible forma delgadas corrientes. Aguas de poco caudal, calmadas y constantes, que de vez en cuando claman su existencia con crecidas de fuerza. Tras esa aparente tranquilidad se esconde otro río bajo tierra. El Turbio esconde sus signos vitales como un monstruo dormido.
Por fuera es un paisaje bucólico, una pseudo llanura, flanqueada por una loma y una gran meseta. Caquetíos y Jirajaras. Valle silvestre y domesticado, valle habitado y valle vacío. Una sabana. Una isla de chaguaramos. El encuentro entre dos afluentes. Depresiones e inundaciones. Una central azucarera. Rastros de carbón en la tierra y hollín de la caña dulce. Cenizas que viajaban por la ciudad y aún permanecen en la memoria. Escombros, haciendas del pasado, ruinas. Minas de arena y de grava.
La Ribereña, un borde que rodea. Un camino que une y que separa. Lechos frágiles. Coordenadas de una ciudad que murió tres veces en el intento, de su fundación. Un asentamiento de espaldas. La leyenda del Tirano Aguirre. Historia, ser humano y naturaleza.’’ - Dislocal.
Construir el camino
Recorriendo el valle aprendimos del lugar, cuya diversidad puso en evidencia el valor del agua como agente transformador de los suelos y de las dinámicas sociales a través del tiempo. Desde la experiencia contemplativa de un paisaje bucólico, pasando por la mirada productiva y de explotación de recursos, hasta la oportunidad de transcurrir a pie y en grupo, a través de su cuenca, como se ha hecho desde los inicios de la civilización en el origen de las ciudades.
Identificamos un camino dentro del valle: El Camino Indígena. El camino de las rutas trazadas por los pueblos que dominaron la tierra y levantaron el primer catastro de este territorio con ciudades y agricultura, mucho antes de la colonia. 1.5km desde la sábana de Tarabana donde se encuentra la casa de la Hacienda Santa Rita, hasta la confluencia de los Ríos Turbio y Claro. Allí donde los antepasados del valle ya construyeron antes, construimos nuevamente.
Seis intervenciones que forman parte de una misma idea común, ubicadas lo largo del sendero de tierra, invitan a hacer una pausa para contemplar y permanecer, para descansar y luego seguir el camino, para reflexionar sobre el lugar:
01. Cañas
Interactuamos con el paisaje a través de gestos primarios que potencian ciertas situaciones del lugar y pueden hacerse significativos conceptualmente a través de la memoria.
Nos gusta pensar que la propuesta contiene los primeros gestos de lo edificado en el lugar, las primeras acciones de un pensamiento arquitectónico. Un dibujo en el paisaje que pretende hablar de lo que existe y de lo que han sido los procesos de transformación del Valle del Turbio a través de la colonización y la consecuente producción agrícola del monocultivo de la caña de azúcar durante un periodo significativo de su historia.
Estos elementos organizados en el paisaje como hitos que se refuerzan entre sí para ser percibidos desde la distancia, que dan sombra y al final del día se destruyen por el fuego. Ellos recrean una historia de explotación irracional de la tierra, pero también sirven como reflexión sobre las posibilidades de un territorio tan próximo a la ciudad (Barquisimeto) pero separado en lo físico y en lo cultural.
02. Nido (Opus)
Un mástil se eleva con el acero del ingenio azucarero. Las ruinas de metal oxidado ya no muelen el bagazo. Una brújula para mirar hacia arriba invita a perseguir algo que se pierde en el horizonte. El tótem como símbolo místico e histórico de nuestra presencia, como hito y como bienvenida.
Una remembranza de la mapora en el valle prehispánico nos recuerda que toda la tierra estaba sembrada de caña de azúcar, donde antes había un bosque. El bosque de los Cuibas, asesinado por su depredador agrícola.
Un círculo inscrito en un cuadrado, una recta, un punto. Trazos en el suelo. Figuras básicas, puras y centralizadas, que buscan establecer un equilibrio entre el ser humano y su entorno. La cosmovisión geométrica de la agricultura, la estructura parcelaria en la producción de la tierra y su orden empírico, 9 metros por 9 metros. Aprendemos a medir la arquitectura con nuestro cuerpo, con nuestros sentidos y con implementos sencillos y rudimentarios.
Construir el vacío. Un nido de gamelotes y palos. Un pabellón que rinde homenaje a la belleza del paisaje, donde lo que llamamos "obra" se entiende mejor en la idea de "Opus", es decir, el simple modo en el que se disponen los materiales en un aparejo. Construimos con hojas, con arcilla y con piedra. Un tejido vegetal que tamiza la luz y crea sombra. Una pared de ladrillos, frágil y estoica al mismo tiempo. Una piedra, esculpida por la corriente del río, participa como elemento neolítico que ya se encontraba allí, cerca del agua, a un lado del buco. El tiempo avanza, todo envejece y todo desaparecerá.
Un descanso en el camino hacia Río Turbio. Un espacio inesperado que se asemeja a un templo. Del Latín "templum" cuyo significado es lugar sagrado. Edificio real o imaginario donde se cultiva una ciencia, un arte, una virtud. La virtud de habitar el valle.
03. Cauce
Orientación / pausa/ sombra/ conexión.
La orientación, una sorpresa inicial.
La pausa, el descanso y la observación.
La sombra, frescura y paz.
La conexión, la extensión del camino.
Ubicados al final del recorrido hacia el agua, decidimos leer y recodificar los elementos del paisaje, partiendo de estos cuatro conceptos. Creamos una brecha que rompe la densidad visual y física existente, para definir la antesala al Turbio.
Imprimimos huellas. Acciones que nos permitieron hacer legible la ruta al río, creando sentido de ubicación en el lugar, con espacios sombreados y pausas para contemplar el paisaje inmediato.
Nos interesó crear permanencia a partir de la inmediatez, mientras reflexionamos acerca del paisaje, el lugar y su gente, uniendo los modos de operar de manera lógica y eficiente y guardando la carga ética y estética anhelada.
El Tótem, los sentaderos, el puente y los escalones son huellas conectadas por:
La utilización de la madera, en diversos tipos, formas y dimensiones.
La línea límite que acompaña a un costado del recorrido.
La incorporación de materiales del lugar.
En el paisaje, nos planteamos estrategias para:
Crear el vacío como proyección de la recta que antecede al lugar.
Crear contraste a través del color y elementos de alturas.
El acento y esbeltez, que traduce la delgadez del pasto.
El ritmo, como elemento de continuidad visual.
Un lenguaje del Cauce que sólo está determinado por la condición original de cada material, sus cualidades constructivas, sus posibilidades de transformación y su capacidad para trabajar en conjunto. Ideas que nos permitieron trabajar con lógicas elementales al momento del ensamblaje en equipo.
04 y 06. Cují y Araguaney (Banco y Árbol)
Un grácil banco se construye con un fragmento del tronco de madera, sobreviviente de la vieja estructura del trapiche. Hace reverencia al árbol caído que dio paso a ese pedazo de tabla polvorienta y olvidada… madera y hierro, materiales de la arquitectura que se utilizaron para industrializar el campo… Los desperdicios de barras estriadas enaltecen el asiento para sentarse y dar descanso al jornalero que cuidará y verá crecer el árbol nuevo, el árbol de araguaney. Otro banco más robusto y zafio acompaña a un cují del camino. El árbol y el banco, eternos compañeros.
*Prosopis juliflora o Cují de Venezuela es un arbusto o árbol pequeño de la familia Fabaceae. Es originario de México, América del Sur y el Caribe, y puede alcanzar hasta 12 metros de altura.
*El árbol nacional de Venezuela es el araguaney (Tabebuia chrysantha). Llamado aravanei por la tribu Caribe,. Se puede encontrar principalmente en regiones de clima templado. Puede alcanzar una altura entre 6 y 12 m y es de tipo caducifolio.
05. Capilla
Resistiéndose al olvido y a las llamas de un incendio fortuito, se yergue la “casa de Dios”. Un multiverso místico lleno de universos paralelos, nos revive aquel episodio en el cual Lope de Aguirre quemó el tercer asiento de una proto-ciudad que se ubicó en el Valle del Turbio, cuatro siglos atrás. La capilla es la prueba fehaciente de tales universos, hechos a imagen y semejanza del Creador.
Una planta rectangular de 7 x 5 metros es suficiente para marcar el territorio de lo Divino, sin necesidad de símbolos ni figuras. La altura de 5 metros establece la proporción de lo eterno. Cada decisión adoptada refleja la fórmula de lo mínimo. La puerta mide 2,30 metros de ancho por 3,50 de alto. Una ventana para conectarse con el exterior. Seguramente el creador pensó en aquella frase de Louis Khan: “ese maravilloso momento en el que separaron los muros y apareció la ventana”.
En medio del hollín y el olor a monte, acometimos, primero labores de limpieza y borramos con esmalte sintético, las marcas del sacrilegio. Las paredes profanadas por el grafiti fueron pintadas con cal y sábila. Viejas técnicas que no se han perdido. Se desmalezó el solar. Se tomaron medidas para su reconstrucción en el papel y fotografías para congelar su belleza ruinosa. Finalmente se diseñó e instaló una precaria cruz con maderas y metales reciclados. Dice la Biblia en el libro del Génesis (2:2-3) que el séptimo día Dios terminó lo que había hecho, y descansó de todo su trabajo de creación.
07. La experiencia sensorial y de paisaje en la visita al Valle del Turbio
El Valle se percibe con un gran contenido sensorial entre un diálogo de hábitats, formas, geometrías, terrazas y reservorios agrícolas. Parte del recorrido es perturbado al observar la actividad extractiva, que es inapropiada y estamos frente a los límites de tolerancia de una ecobase con importancia fluvial.
Pero en el Valle también se imagina la herencia, la ecología y la economía, a través de cierta diversidad de paisajes con sentido social y biológico entre sus asentamientos urbanos y el campo. Se denota que estos paisajes son una consecuencia de un constante proceso evolutivo impulsado por los cambiantes barrios, su comunidad multicultural y las necesidades productivas.
Nos trasladamos a la inmensidad de tierras desocupadas dónde se observa y develan los intereses por el paisaje urbanizado, parecen problemas separados la ciudad y el campo, es la dicotomía que siempre ha influido en el pensamiento de la humanidad, es el legado que nos ha dejado la era preindustrial y la ciudad moderna.
Los siguientes días invitan a una secuencia de paisajes que se divisan desde lo alto, el borde y el fondo. Pero en definitiva son solo dos paisajes que coexisten, uno al límite del otro. El paisaje de la cuadrícula, de la malla de tradiciones y desarrollo y el otro paisaje abandonado, sin arraigo, superando dificultades pero que percibimos con mayor conexión con la dinámica y la vitalidad de los procesos naturales, que aunque alterados aún están sus valores concentrados: el río, su lecho, el campo a la espera de una regeneración.
Créditos
Nombre del proyecto: Rio Turbio Valle Ribera
Lugar: Valle del Turbio (Barquisimeto, Venezuela)
Fecha: Agosto 2023
Autores: Dislocal & Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Central de Venezuela y su Unidad Docente Extramuros
Equipo
Dislocal en Venezuela: Alessandro Famiglietti, Cesar Figueroa, Joao de Freitas, Khristian Ceballos, Marcos Coronel-Bravo, María-Beatríz Garcia Rincón, Ricardo Sanz
Profesores de la FAU UCV: Ana G. Valenzuela (Taller X), David Méndez (UDE), Gabriel Garcia (Taller X), Glenda Yépez (Acondicionamiento Ambiental), Ingrid Regalado (Acondicionamiento Ambiental), Javier Caricatto (Unidad 00), José A. Santana (Unidad 09), Melissa Parra (UDE), Rafael Suárez-Novoa (UDE), Ramon Fermin (Instituto de Urbanismo)
Estudiantes: Adrián Rodríguez Corro, Alanis Sánchez, Alexandra Araujo, Alexari Suárez, Alibeth Gil, Alison Sabrina Medina, Ana Paula Colmenarez, Andrea Reyes, Andreina Riera, Andrés Castillo, Angie Colmenarez Navas, Angie Gimenez, Anna Vanessa Piña, Antonietta Mangiafico, Ariel Pérez, Brian Acosta, Christian Da Silva, Cindy Colmenarez, Daniel Morales-Bello, Daniela Padrón, Diana Barrientos, Diana Carrero, Dianmar Olivar, Emilia Martín Colina, Emilia Santana, Fabiana Yajure, Fátima Lucana, Gabriela Hernández, Gabriela Martínez, Gabriela Sevillano, Hamilton Pérez, Harvic Madriz, Isabel Santoro, Jaymar Daboin, Jesús Oropeza, José Escalona, José Suárez, José Vidal, Juan Martínez, Juan Ortiz, Julen Sobrevila, Katerin Nieto, Leonela Sánchez, Luis Alfredo Mendoza, Luis José Marcano, Luis Andrés Morillo, Luisana Estefanía Ortega, Manuel Villalobos, Marianne Cordero, Marielys Rojas, Maryeli Suárez, María Alvarado, María Chávez, María Eloisa Daboin, María Ramos, María Segovia, Miguel Zorrilla, Naomi Cianci, Nelson Gil, Paola Reyes, Patricia Carmona, Patricia Muñoz, Patricia Rodríguez, Rommer Colmenares, Selena Suárez, Sofía Morales, Uriel Torres Pérez, Verónica Camacho, Victor Da Silva.
Apoyo Docente: Nathaly González, Noriuska Flores
Invitados especiales: Armando Villalón, Claudia Rodríguez, Elisa Silva, Félix Alberto Gíl, Franco Micucci, José Luis Sotillo, Mariela Rodríguez, Teresa Birardi
Colaboradores: Alejandro Lucero, Ángel Rojas, Bárbara De Sousa, Claudio Del Búfalo, Ennis Arce, Erilu Schell, Milagros Sánchez, Rosi Milgrom, Simon Rodriguez-Pages, Thalma Cohen
Fotografía y Registro Documental: Ángel Mendoza, Christian Da Silva, Nathaly González
Fotografía aérea: Alfredo Pineda
Dislocal Internacional - Inducción Online: César Silva Urdaneta, Daniel Otero Peña, Germán Valenzuela, Loreta Castro Reguera, Luciano Landaeta, Marije van Lidth de Jeude, Oliver Schutte
Dislocal Junta Académica: Alejandro Borrachia (Escuela Superior de Arquitectura y Diseño, Universidad de Moron), Ana Valderrama (Universidad Nacional de Rosario), Henry Rueda (Florida International University), Marcelo Ertorteguy (Florida International University), Sara Valente (Florida International University)
Dislocal con el Soporte Académico de: Facultad de Arquitectura y Urbanismo - Universidad Central de Venezuela (UCV), Javier Caricatto, Decano; Escuela de Arquitectura Carlos Raúl VIllanueva - FAU UCV, Filia Suárez, Directora; Unidad Docente Extramuros - FAU UCV, Cristóbal Mendoza, Coordinador; Escuela Superior de Arquitectura y Diseño - Universidad de Morón, Argentina, Alejandro Borrachia, Decano.
Coordinación Estudiantil: Centro de Estudiantes de Arquitectura - FAU UCV
Apoyo Institucional: Alcaldía del Municipio Palavecino, Secretaria del poder popular para el Desarrollo Económico del Estado Lara, Gobernación del Estado Lara
Organizaciones y empresas aliadas: 2/3/4 Ateliers, 439 estudio, Barrera C.A, Biotel Suites, Domina Arquitectos, Es mas uno estudio, Ferretería Portuguesa, Fundación Bosque Macuto, Fundación Fototeca de Barquisimeto, Fundación Gorka Dorronsoro, Gorka, Hacienda Agua Viva, Hacienda Santa Rita, Hotel Jirahara, Hub+58, La Carnita, Lidotel Barquisimeto, Lumind, M+ Arquitectos, Milagros Sanchez Arquitecto, Pedrera Santa Rosa, Sousa Supply.
Un especial agradecimiento al personal de la Hacienda Santa Rita y trabajadores en el Valle del Turbio: Alexander Rodríguez, Alfredo Briceño, Inyerlin Álvarez, Manuel Parra, Neimar Cuello, Nolberto Pire, Rafael Figueroa, Wilmer Cuello
Diseño, Programa, Contenidos de Dislocal Rio Turbio Valle Ribera: Marcos Coronel-Bravo, Khristian Ceballos, Melissa Parra, Ingrid Regalado, César Figueroa, David Méndez, Rafael Súarez-Novoa, Javier Caricatto